Ese bilbaino que se va a afeitar

Va uno de Bilbao a afeitarse, se sienta en la silla y ve que el barbero va a sacar la brocha y la espuma y le dice:

–Pero qué hace usted, hombre? No ha notado que soy de Bilbao, la hostia? Sin brocha ni hostias, pues.

Total que coge el hombre y va a echarle un poco de agua caliente para suavizar la piel y tal, y le dice el de Bilbao:

–Pero me cagÁ¼endios! Que se lo tengo que decir otra vez, pues? Que soy de Bilbao, la hostia, a pelo, coño!

En fin, el barbero no dice nada y saca la cuchilla de afeitar y en esto que el de Bilbao de nuevo:

–Pero esto qué hostias es? Que ni gilette sensor ni pollas, a mí con un cuchillo jamonero y sin agua ni ná, que soy de Bilbao, me cagÁ¼ensandios, la hostia ya!!

Total, que el barbero empieza a afeitarle un lad de la cara, empiezan a salirle unos churretones de sangre, un corte por aquí, otro por allá, el vasco aguantando con un cabrón, y cuando termina el barbero por un lado y va a empezar por el otro le dice el de Bilbao:

–Mira, en este otro lado me vas a echar un poco de espuma, que es que en realidad soy de las afueras.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *