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Un ingeniero y un abogado en el cielo

Un ingeniero muere y como debe ser, llega al cielo. Toca la puerta del paraíso y sale San Pedro: “¡Hola!, ¿tú a qué te dedicabas en vida?”

“¿Yo?, soy ingeniero.”

“¿Ingeniero? mmm… no, ésos no entran aquí, no estás en la lista.”

Como no el quedaba de otra, el ingeniero fue a tocar a las puertas del infierno:

“Hola, vengo porque no me aceptaron en el cielo.”

“Ah ¿no? ¿y qué eres?”

“Soy ingeniero.”

“¿Ingeniero? ¡pasa, pasa!”

Después de estar varios meses soportando el calor, la peste a azufre, las largas caminatas, y demás inconvenientes del infierno, el ingeniero decidió hacer algunas mejoras, así que al poco tiempo el infierno contaba ya con aire acondicionado, ventiladores para sacar el espantoso olor, escaleras eléctricas, etc. Al cabo de un año, cuando Dios no oía ninguna queja del infierno, habló para ver como andaban las cosas:

“Hola Satanás.”

“Hola Dios.”

“¿Cómo van las cosas?”

“Uy, van de maravilla, con aquel ingeniero que mandaste…”

“¿INGENIERO?, eso debe estar mal, te ordeno que me lo regreses, fue un error.”

“Ah no, eso sí no, el ingeniero es mío.”

“¡O me lo regresas o te demando!”

Se oye la risa burlona de Satanás:

“¡Ja ja ja!… ¿demandarme? ¿Y de dónde vas a sacar a un abogado para eso?”

Un buen y un mal abogado

– Sabéis cual es la diferencia entre un buen abogado y un mal abogado?

– En que un mal abogado puede dejar que un caso se alargue interminablemente por varios años.

– Y un buen abogado puede hacer que dure incluso mucho más tiempo.

Chistes para todos los gusto, reír es una forma de liberar tensiones y mejorar el estado de ánimo, los chistes pueden ayudarnos a aprender sobre el lenguaje, la cultura y la psicología humana, en definitiva los chistes son una forma de comunicación que nos permite conectar con los demás, expresar nuestra creatividad y escapar de la rutina. Son como pequeñas dosis de alegría que nos ayudan a ver el lado divertido de la vida.

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