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Madre espabilada

Juan invitó a su madre a cenar una noche en su apartamento de soltero.

Durante la cena la madre pudo reparar en lo hermosa que era Lourdes, la compañera de apartamento de su hijo.

Durante mucho tiempo ella había tenido sospechas de que su hijo tenía relación con Lourdes, y al verla, la sospecha no hizo sino acrecentarse. En el transcurso de la velada mientras veía el modo en que los dos se comportaban, se preguntó si estarían acostándose juntos.

Leyendo Juan el pensamiento de su madre le dijo: “Mamá, se lo que estás pensando, pero te aseguro que Lourdes y yo sólo, sólo somos compañeros de apartamento”.

Aproximadamente una semana después Lourdes le comentó a Juan que
desde el día que su madre vino a cenar, venía echando en falta el cucharón grande de plata para servir la sopa. Juan le contestó que dada la posición de su madre dudaba que se lo hubiera llevado ella, pero que le escribiría una carta. Así que se sentó y escribió:

“Querida mamá: No estoy diciendo que cogieras el cucharón de plata de servir sopa, pero tampoco estoy diciendo que no lo cogieras. El hecho es que éste ha desaparecido, desde el día en que viniste a cenar a casa”.

Unos días más tarde Juan recibió una carta de su madre que decía:

“Querido hijo: no estoy diciendo que te acuestes con Lourdes o que no te acuestes; pero el hecho es que si Lourdes se acostara en su propia cama, ya habría encontrado el cucharón de plata para servir la sopa.
Con todo cariño.”

Luna de miel en casa de los padres

Juan y María se casan pero como no les alcanza el dinero, se quedan a pasar la Luna De Miel en casa de los padres de Juan. En la mañana, Jorgito, el hermanito de Juan, baja a tomar su desayuno.
Cuando esta a punto de salir de casa rumbo a la escuela, le pregunta a su mamá si Juan y María ya se levantaron.
Ella dice que no.
Jorgito le dice: – ¿Quieres saber lo que yo creo?
Su madre le dice: – Eso no te importa !Anda a la Escuela!
Horas después Jorgito regresa de la escuela, y le vuelve a preguntar a su madre: – ¿Ya bajaron Juan y María?
La mamá responde, No
Jorgito le dice: – ¿Quieres saber lo que yo pienso?
La madre le vuelve a decir: – Eso no te importa. ¡¡¡Termina de almorzar y haz los deberes!!!
Largo rato después, Jorgito regresa a casa de haber jugado con sus amiguitos y pregunta nuevamente: ¿Ya bajaron Juan y María?
Su mamá le dice, No
Jorgito vuelve a preguntar: – ¿Quieres saber lo que yo creo?
Esta vez la madre, cansada, le dice: – Esta bien, dime qué piensas.
Jorgito responde: – Bueno, anoche Juan vino a mi habitación y me pidió vaselina.
Y yo CREO que en la oscuridad le di el pegamento de mis avioncitos.

Chistes para todos los gusto, reír es una forma de liberar tensiones y mejorar el estado de ánimo, los chistes pueden ayudarnos a aprender sobre el lenguaje, la cultura y la psicología humana, en definitiva los chistes son una forma de comunicación que nos permite conectar con los demás, expresar nuestra creatividad y escapar de la rutina. Son como pequeñas dosis de alegría que nos ayudan a ver el lado divertido de la vida.

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