Por 200 céntimos

Entra un señor en un bar y pide un café, el mozo lo trae y el señor se lo toma, pide la cuenta y el mozo le dice:
Son 200 céntimos.
¿Cuántos? ¿Un café 200 céntimos? ¿Usted esta loco?
Entonces, el señor se acuerda que tiene 100 monedas de dos céntimos y se las empieza a tirar de una detrás del mostrador, y así las 100 monedas. El señor se va y el mozo se quedó re-caliente, este maldito, me tiró todas las monedas.
Vuelve el mismo señor a la semana, pide otro café, se lo trae el mozo y el señor se lo toma, cuando pide la cuenta el mozo le dice:
Son 200 céntimos.
El señor saca un billete de 100 euros y se lo da al mozo. El mozo va a la caja y le dice al cajero:
Mira, ahí está el maldito que me tiró las 100 monedas, dame el vuelto en monedas que lo voy a joder.
El cajero le da 200 monedas de 50 céntimos y el mozo se acerca al señor y le dice:
Aquí tiene su vuelta, y le tira de a una todas las monedas.
El señor saca dos monedas, las tira y le dice:
¡Mozo, otro café!

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