En la casa de campo

Un tío se lleva a una tía a la casa de campo para hacer lo que
todos nos imaginamos dentro del coche. La tía intenta dar un poco de romanticismo al asunto para ocultar su vergÁ¼enza y dice:
– Mariano, ¿no es romántico el sonido de los grillos que se oye
entre la maleza?
-¿Grillos? Ese sonido no es de grillos, ¡es de braguetas!

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