Cincuentonas de vacaciones

La historia comienza cuando dos señoras de mediana edad, un tanto asustadizas, deciden irse a Miami de viaje de placer. Se trata de las típicas cincuentonas ricas y amiguitas que deciden dejar de soportar durante una temporada a sus maridos y así éstos puedan ponerles los cuernos con toda tranquilidad con las amigas que allí se quedan. Por supuesto, su intención es liarse con el primer cachas de playa que se encuentren, así que todos tan contentos.

Antes de irse de viaje, alguien les cuenta que en los USA los que hay pandas de negros que suelen robarle las joyas a los turistas y es mejor no oponer resistencia porque a la menor dificultad tiran de pistola y te puedes buscar un disgusto.

Ellas se van tan contentas a Miami y se alojan en un hotelazo de super lujo. Pero un día, cuando van a subir en el ascensor, se les meten dos negros, de una manera un tanto apresurada: uno alto y cachas y otro alto y delgaducho.

Ellas, asustadas y entre llantos, dejan las joyas en el suelo y salen corriendo en cuanto el ascensor se detiene, mientras el negro delgado les gritaba algo en inglés (por supuesto ellas no entiendieron una sola palabra).

Al dia siguiente, cuando bajan a recepción (esta vez por las escaleras), encuentran una caja con sus joyas y una nota (que la recepcionista les traduce):
“No me habia reído tanto en la vida. Firmado: Michael Jordan”.

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