Declaración

Un hombre muy romántico se acerca a la ventanilla de Hacienda y dice:
– Perdone, señorita, ¿es aquí donde se hace la declaración?
– Si, señor. Aquí se puede hacer.
– Pues ahí va: me enamoré de tus ojos, me enamoré de tu ser y no sé vivir mi niña si no tengo tu querer…

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