Un señor va paseando con un plátano metido por una oreja.
Otro señor advierte el detalle y le pregunta:
– ¿Porqué lleva un plátano en la oreja?
– ¿Que? Responde el del plátano.
– Que porqué lleva un plátano metido en la oreja.
– ¿Que?
– Que porqué …
El señor del plátano, señalándose la oreja libre, responde:
– Por favor, hábleme por esta oreja que por la otra me he metido un plátano.