A la espala, la mochila

El teniente ha explicado a los reclutas la orientación nocturna. Para tener la segurida de que todos lo han entendido, se dirige al que tiene delante y le pregunta:
– Dime, soldado, si tienes ante tí la estrella polar, ¿qué tendrás a tu espalda?
– La mochila, naturalmente, mi teniente.

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