Dos monjitas llaman a la puerta de una casa:
– Una limosnita. ¡Somos hermanas de Cristo!
– ¡Anda, pues qué bien se conservan!
Dos monjitas llaman a la puerta de una casa:
– Una limosnita. ¡Somos hermanas de Cristo!
– ¡Anda, pues qué bien se conservan!