Disfrutando sin parar

En un convento de monjas estan todas las monjas corriendo bicicleta en una bajadita. Al bajar la cuesta cada
una montada en la bicicleta, gritaba: “uyyyyyyyyy”. Cuando llegaban abajo subian a pie para entregar la
bicicleta a la proxima monja, y al tirarce volvia a gritar: uyyyyyyyyy”. La madre superiora molesta, salio por la
ventana de su oficina y les grito: “si siguen gritando le voy a poner el sillin a la bicicleta”.

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