En una competencia de tiro había un gringo con una pistola de ésas con rayo láser y mira de águila en un lado y del otro lado había un
Mexicano que con la crisis a duras penas traía una resortera. En eso
un pato pasó en medio de los dos y los dos dispararon sus armas al
mismo tiempo. El pato cayó en medio y los dos fueron por él y estaban
discutiendo, no que mío, no que mío. Entonces el mexicano dijo,
Vamos a darnos una patada donde más duele y el que grite pierde el
pato
El gringo dijo que sí, y el mexicano dijo, Yo empiezo porque tu estás
más grandote
El gringo se puso en pose de Superman y el mexicano agarró como cinco cuadras de vuelo y ya para llegar le dio dos vueltas a la pierna y
¡sopas! Pero el gringo no gritó, se aguantó como los meros machos y
dijo, Ahora tocarme a mi.
El mexicano le respondió, No, ¿sabes qué, carnal? Ahí muere. Quédate con el pato.