Un joven doctor se hallaba en el restaurante en compañia de un amigo, cuando vio pasar a una señorita muy wapa y elegante: Esta es la única mujer que amo de verdad, dijo con una sonrisa el médico.
– Y ¿por que no te casas con ella?, preguntó el amigo.
– No puedo permitirmelo, explica el médico tristemente.
– Se trata de mi mejor cliente