Haciendo comida

Llega una señora a la panaderia y, al ver al panadero trabajar, se horroriza y corre a acusarlo con el dueño:

– ¡Cómo es posible tanta asquerosidad…! Ese panadero de allá, que está todo sudoroso, para ponerle la puntita a las madalenas ¡Se las pone contra el ombligo….!
– ¡Uy, señora, usté no aguanta nada…! Si lo viera hacíendole el agujero a los donuts…

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