Ingeniero ingenuo

Se encuentran en Paris un ingeniero, un abogado y un médico, y se van de parranda. Al calor de la borrachera, y sin darse cuenta ni como, acaban matando cada uno a un francés. La policía los detiene, los juzgan, y los condenan a la guillotina.
Llega el día de la ejecución. Sube el médico al cadalso, y el verdugo le pregunta: “¿Quiere los ojos vendados?”
“No”, responde el médico.
“¿Cara hacia arriba, o hacia abajo?”
“Hacia arriba”
El verdugo lo coloca, mueve la palanca, cae la navaja… y se atora a medio camino. Como, según la ley, si la guillotina falla hay que liberar al condenado, sueltan al médico.
Después de revisar minuciosamente la guillotina, y de hacer varias pruebas satisfactorias, suben al abogado al cadalso. Pide ser colocado igual que el médico: cara arriba, y sin venda en los ojos. El verdugo mueve la palanca… y otra vez se atora la navaja. Liberan al abogado.
Después de otra revisión de la guillotina, toca el turno al ingeniero. Éste pide ser colocado como sus compañeros: cara arriba y sin venda. El verdugo va a tirar de la palanca, cuando el ingeniero dice:
“¡Espérense tantito! Creo que ya vi en donde se está atascando la navaja….”

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