Inspectores de hacienda

Han llamado a un tio para que vaya a revisar su declaracion de la renta. Cuando entra en la oficina, el inspector le dice :
– Pues vera, es que a usted le ha salido negativa, y sin embargo en nustros archivos consta que usted tiene quince pisos en Madrid y numerosas acciones de todo tipo, asi que pensamos que tiene que haber algun error.
– No, que va, señor inspector, lo que ocurre es que todo ese dinero me lo he ganado apostando.
– Apostando ? Venga ya ! Pero si el año pasado se compro usted un yate que ni el Kashogi !
– Que si, que si, que lo he ganado todo apostando. Mire, se lo explicare con un ejemplo. Le apuesto cincuenta mil pesetas a que me muerdo un ojo.
– Pero hombre, eso es imposible !
– Que si, venga, apuesta ?
– Pues bueno, ganare cincuenta mil pesetas.
Entonces va este tio, se saca un ojo de cristal y lo muerde, asi que el inspector le paga las cincuenta mil pesetas.
– Bueno, esto me parece muy bien, usted se puede ganar un dinerillo de vez en cuando con este truco, pero no pretendera usted justificarme esta cuenta bancaria de quinientos millones de pesetas con una cosa asi.
– Ya, pero es que hago muchas apuestas y… mire, por ejemplo, le apuesto cien mil pesetas a que me muerdo el otro ojo.
– Pero hombre, eso si que es imposible, usted no es ciego, asi que no puede tener otro ojo de cristal; pero si quiere, yo voy con la apuesta.
Entonces va el tio y se saca la dentadura postiza, se la lleva hasta el otro ojo y se lo muerde. Y el inspector le paga las cien mil pesetas.
– Pero mire, de todas formas yo no me creo que con estas cosas usted haya podido construir estas urbanizaciones en Mallorca; usted no puede ganar tanto a base de apuestas.
– Que si, de verdad, todo depende de la cantidad de dinero que apostemos. Por ejemplo, le apuesto doscientas mil pesetas a que tengo los cojones cuadrados.
– Bueno, eso si que ya es demasiado, nadie puede tener los cojones cuadrados, asi que le acepto la apuesta.
– Pues toque, toque.
Total, que el inspector se los toca y resulta que son normales y mas bien redondos, asi que el tio le paga las doscientas mil pesetas al inspector.
– Pues ve lo que le digo ? Usted no puede ganar todo ese dinero
haciendo apuestas, entre otras cosas porque de vez en cuando tiene que perder.
– Ya, pero es que si se compensa… por ejemplo, ve usted a toda esa gente que se esta descojonando de risa al otro lado de la ventanilla ? Pues me he apostado con ellos un millon de pesetas a que usted me tocaba los cojones.

En una estacion de metro, un tio se ha caido en las vias. La gente le dice “deme la mano” , “deme la mano” , pero el tio parece como atontado y no le da la mano a nadie. Entonces se ven las luces del tren al final del tunel, y la gente le grita “deme la mano ! deme la mano !”, pero el tio simplemente se les queda mirando. El tren se esta acercando y la gente empieza a gritarle nerviosamente “deme la mano !! rapido !! deme la mano !!”, pero el tio sigue sin saber que hacer. El tren esta ya empezando a entrar en la estacion, y la gente esta histerica chillando “deme la mano !!!”, “deme la mano !!!!!”
En esto que alguien se acerca decididamente y le dice “Coja mi mano”.
Sorprendentemente, el de las vias le coge la mano instantaneamente y se salva del tren por los pelos.
– Oiga, como lo ha hecho ?
– Nah, ha sido facil, me fije en que la cartera se le habia caido y quedado abierta sobre las vias, y que en su carnet de identidad dice “inspector de hacienda”.

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