Un sacerdote tenia el deseo de construir una gran iglesia. Un día en la misa, en su homilía les dice a los feligreses:
– Tengo 2 noticias para ustedes:una buena y una mala. La buena es  que ya tengo los planos para la construcción de la iglesia.
Y los feligreses decian, ¡qué bien! Vamos a tener por fin la iglesia soñada. Gracias padrecito dijeron todos, y ahora diganos cual es la mala noticia.
La mala noticia es que el dinero para construir el templo esta todavía en sus bolsillos.