LA COTORRA

LA COTORRA

En una casa había una cotorra. Los muchachos de la casa y algunos de los vecinos pasaban ratos jugando con el animalito, y la habían enseñado a decir muchas cosas, y todos se reían mucho cuando oían a la cotorra decir ” QUE SE MUERA FIDEL”. “QUE SE MUERA FIDEL”, “QUE SE MUERA FIDEL”

Cierto dia estaba la cotorra en su jaula junto a la ventana de la calle y empezó a decir:

“QUE SE MUERA FIDEL”, “QUE SE MUERA FIDEL”, “QUE SE MUERA FIDEL”

un policía que pasaba por la acera al oir aquello desenfundó su pistola y se puso a buscar como enloquecido desde dónde venían aquellas voces que no cesaban de repetir:

“QUE SE MUERA FIDEL”, “QUE SE MUERA FIDEL”, “QUE SE MUERA FIDEL”

cuando el policía se dio cuenta que era una cotorra la que estaba armando todo ese alboroto ,metió las manos por la ventana, abrió la puerta de la jaula y agarró a la cotorra por el cuello sacudiéndola con todas sus fuerzas.

Al ver aquello la señora de la casa corrió hacia la ventana y le pidió llorando al policía que no le matara el animalito, que ella se ocuparía de que eso no volviera a suceder. El policía a duras penas aceptó soltar la cotorra que quedó tirada jadeante en el piso de la jaula.

-”Si oigo otra vez a esta cotorra de basura decir eso se la mato” —dijo gritando el policía.

Esa noche una monjita que era amiga de la familia fue de visita y la señora de la casa le contó el incidente de la cotorra y el policía.

La monjita después de oir todo el cuento le dijo a la dueña de la cotorra:

-Mira, yo tengo una cotorra en la sacristía de la iglesia, creo que lo mejor que podemos hacer es que yo me lleve tu cotorra para la iglesia y te traiga aquella para acá; en definitiva cotorra por cotorra todas son igualitas; el policía no se va a dar cuenta del cambio.

La mujer aceptó y a la mañana siguiente se llevaron la cotorra y trajeron la de la iglesía y la pusieron junto a la ventana.

Esa tarde pasó de nuevo por allí el policía; cuando vió la cotorra se extraño de verla cabizbaja y alicaida. El policía se acercó poco a poco a la cotorra. Amenazante y provocador el policía le dijo bajito a la cotorra:

-Que bien….ya veo que hoy no tienes ganas de gritar como hiciste ayer

Y la cotorra parecía no importarle lo que el policía le estaba diciendo.

-A ver cotorrita…¿Por que hoy no dices lo que estabas diciendo ayer?…a ver…dilo….dilo…dilo

Pero la cotorra seguía como petrificada con la cabeza metida bajo el ala.

-A ver chica…¡A que no te atreves a decirlo!…a ver…di “Que se muera Fidel”….di “Que se muera Fidel”…di “Que se muera Fidel”

La cotorra sacó la cabeza de debajo del ala y le dijo al policía:

-”Dios te oiga, hermano”…”Dios te oiga, hermano”…”Dios te oiga, hermano”

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