Sube una gorda a un autobús y se sienta en el asiento de delante de un enano. La señora se tira un pedo, y empieza a mirar a los lados disimulando, y el enano le dice: “No lo busque señora que ya me lo he tragado yo”
Sube una gorda a un autobús y se sienta en el asiento de delante de un enano. La señora se tira un pedo, y empieza a mirar a los lados disimulando, y el enano le dice: “No lo busque señora que ya me lo he tragado yo”