La ranita princesa

Pues mire, el otro día estaba yo en la azotea del edificio a punto de tirarme. Cogí carrerilla, arranqué y justo cuando iba a saltar oí una vocecita desde el suelo que decía: –¡¡No te tires, no te tires!!–. Miré y era una ranita que me dijo: –Mira, yo no soy una rana de verdad, sino que soy una princesa, pero he sido hechizada por una bruja. Si me das por el culo, romperás el hechizo y, total, tu te ibas a suicidar así que ¿qué más te da?–. Así que cogí a la ranita y empecé a darle por culo, a drle por culo hasta que de repente ¡flas! se convirtió en una niña de 16 años…

–Y este es el alegato de mi cliente, señor juez–

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