Esto son dos murciélagos que estaban sumamente hambrientos y de repente viene uno con la boca tó llena de sangre, y le dicen los dos murciélagos hambrientos:
– ¿Dónde has conseguido tanta sangre?
A lo que le contesta el otro:
– ¡Veis esa pared de allí!
– ¡Sí!
– Pues yo no la vi.