Un ladrón entró a una casa con su linterna en la mano.
Cuando estaba escudriñando por la cocina y el comedor, en busca de la platería, escuchó una voz extraña como de ultratumba que le decía:
Dios y Jesús te están mirando
El ladrón sobresaltado, apagó la linterna y en ese momento empezó a acordarse de todo, sin saber si eran los nervios que lo traicionaban, o qué.
Dios y Jesús te están mirando. Volvió a escuchar.
Encendió nuevamente la linterna y vio a un loro arriba de un palo, que le repitió.
Dios y Jesús te están mirando
Al ladrón le vino el alma al cuerpo y dijo:
Loro tonto, me asustaste, ¿de dónde saliste?
Soy Moisés, le contestó el loro.
¡Que horror! ¿Quién fue el que te puso Moisés?
El mismo que le puso Dios y Jesús a los dos Rottweiler que están detrás tuyo.