Niña preguntona

Estoy sentado con mi sobrinita de cinco años que no para de preguntarle el porqué de esto y de aquello. Al final, pierdo la paciencia y le mando callar. Una señora muy fea, sentada junto a mí, se dirige a la pequeña y le dice:
– Ya me puedes preguntar a mi, niña.
Entonces la pequeña pregunta triunfante:
– Señora, ¿por qué tiene usted bigote?

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