Un indio está sentado al lado de un precipicio, sumido en sus pensamientos.
Otro indio se acerca por detrás, sin hacer ruido, y lo agarra por los hombros.
– ¿Te he asustado, Ojo de Águila?.
– No, Ojo de Puta.
Un indio está sentado al lado de un precipicio, sumido en sus pensamientos.
Otro indio se acerca por detrás, sin hacer ruido, y lo agarra por los hombros.
– ¿Te he asustado, Ojo de Águila?.
– No, Ojo de Puta.