Una experiencia vivida

Bueno, esto es veridico y me lo conto un amigo de mi primo…
Resulta que el amigo este vivia en la sierra de Madrid, en una urbanizacion de Cerceda, en un chalet muy bonito. Eran una familia feliz:
El padre, la madre, una hermanita y el amigo de mi primo, ademas de un precioso y bien cuidado pastor aleman. El chalet contiguo estaba habitado por unos vecinos muy corrientes: los padres, dos hijas y un precioso loro parlanchin al que toda la familia queria mucho.
Pues bien. La naturaleza hizo que los comentarios sarcasticos del loro irritaran a la familia del perro, y el pastor aleman solo tenia una idea en la cabeza: comerse al loro parlanchin.
El loro siempre estaba suelto por la casa vecina y su distraccion favorita era meterse con el perro, el cual ladraba y perseguia al loro hasta donde podia, e incluso llegaba a pasarse al chalet contiguo para seguir con la persecucion, momento en el cual el loro se posaba sobre su percha o se metia en su jaula, que siempre estaba abierta, y la apurada familia del perro tenia que pedir disculpas cada dos por tres a la familia del loro, amen de regañar a su perrito por el mal comportamiento.
Un fin de semana la familia del loro se fue de vacaciones y, hacia la hora de comer, la familia del perro vio que su querida mascota no estaba con ellos para comerse las sobras, salieron a buscarlo, lo llamaron por todas partes y, cuando aparecio… llevaba entre sus dientes
el cuerpo del loro parlanchin.
– Dios mio! -exclama la madre.- Se ha cargado al loro.
– Claro, -responde el padre malhumorado.- no paraba de provocar y algun dia tenia que ocurrir una desgracia.
– ?Y que podemos hacer? -pregunta la madre.- Ya sabes que los vecinos adoraban al pobre loro y si le decimos que nuestro perro lo mato, se llevaran un disgusto y no querran volver a saber nada de nosotros.
– Podemos comprarle otro loro. -dice el padre.
– No funcionaria. Los vecinos no son tontos y se darian cuenta.
– Pues lo unico que se me ocurre es limpiar al loro lo mejor que
podamos y volverlo a meter en la jaula. Cuando los vecinos vuelvan creeran que el loro ha muerto de algo natural y no pasara nada.
Asi que deciden limpiar al loro muerto de barro, cepillarlo un poco y adecentarlo lo mejor posible. Luego entran a hurtadillas en el chalet contiguo y colocan al loro en el fondo de la jaula de manera que parezca que ha muerto de forma natural. Se despreocupan del tema y al dia
siguiente, cuando los vecinos llegan a la casa, la familia del perro se queda espectante para oir y ver lo que pasara. La familia del loro se ponen a comer en el jardin una rica barbacoa y una de las hijas, al pasar al lado de la jaula, grita espantada.
– Dios mio! Papa, mama, !el loro esta muerto!
– Si, ya lo sabemos hijita -dice el padre.
– No, no, lo que quiero decir es que el loro esta otra vez dentro de la jaula, a pesar de que lo enterramos hace un par de dias en el jardin…

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