CHISTES BLANCOS
Dice un niño a su madre: ¡Mamá, mamá, en el colegio me llaman ‘dientorro’!..Y la madre responde: ¡Niño, cállate y súbete a la silla, que me rallas el suelo!
Mamá, mamá, en el colegio me llaman ‘Rambo’. −Tranquilo, hijo, yo iré a hablar con el directorâ€. − ¡No mamá, no te metas tú, esta es mi guerra!â€.
Era un año tan seco, pero tan seco, que las vacas, en vez de dar leche, daban leche en polvo.
Papá, papá, en el colegio me llaman ‘tonto’. −¡Y a mí qué!†− responde el padre−
−A ti te llaman ‘imbécil’â€.
¿Cómo se sabe cuando un gallego estuvo usando la computadora? −¡Muy fácil, porque la pantalla tiene manchas de corrector líquido!
Adivinanza: ¿Qué es algo verde, que cuando aprietas un botón se pone rojo?â€
−Un sapo en la licuadoraâ€.
Un gallego le habla por teléfono a su amigo Manolete: …ring ….ring. −Bueno, ¿quién habla?â€. −Manolete, soy yo, Pepillo. Te hablo por el taladro, ¿sabes?â€. −¡Jozú, pos qué bien se escucha!â€.
Un ciego le dijo a un cojo: Hola, ¿cómo andas?â€. El cojo responde: ¡Pues ya ves tú!â€.
Había un chiste tan malo, pero tan malo…. que le pegaba a los chistecitos.
Estaba Pepito jugando en el patio de su casa y le dice su mamá: Pepito, no juegues en la tierraâ€. Entonces Pepito se fue a jugar a la luna y …colorín colorado, este chiste se ha acabado.
En una taberna dice uno: −Les voy a contar un chiste de gallegosâ€, pero otro que estaba ahí interrumpe: −Oiga usted, caballero, pues le aviso que yo soy gallegoâ€.
− No importa, a usted luego le explicaré el chisteâ€.
El niño llega a casa: −Mamá, mamá, en el colegio me dicen el distraídoâ€, y la señora contesta: −Niño, tú vives en la casa de enfrenteâ€.
Un niño llega con su mamá y le dice: Mamá, mamá, en la escuela me dicen que estoy muy patónâ€. La señora le contesta: No les hagas caso, hijo, …pero, oye, ve y saca tus zapatos del garage, porque tu papá quiere meter el cocheâ€.
−¡Mamá mamá, no quiero a mi abuelita!â€. − Pero cómo se te ocurre decir eso, hijaâ€. −De verdad, mamá, no la quieroâ€. −Bueno, hija, déjela a un lado, pero cómase el arroz, ¿vale?â€.
−¡Mamá mamá, en el colegio me llaman egoísta!â€. − ¿Ah sí, pues diles que mierda para ellosâ€. −¡No mamá, para mí, para mí!â€.
Una fulana le cuenta a su amigo: −Pues esta mañana al levantarme me encontraba tan mal, que decidí matarme tomándome mil aspirinasâ€. −¿Ah sí. Y qué pasó?â€. −Que después de tomarme la segunda me encontré mucho mejorâ€.
Chiste cruel: Señora, señora, ¿puede dejar bajar a Pepillo a jugar fútbol con nosotros?â€. La señora responde: −Pero si ya saben ustedes que él no tiene brazos ni piernasâ€. −¡Sí, ya los sabemos, pero es que bota padrísimo!â€
¿Saben por qué los gallegos se toman la leche en el súper?… Pues porque en el cartón dice: Ábrase aquí!â€.
¿Por qué los gallegos van en grupos grandes al consultorio del médico? −Porque en la entrada hay un letrero que dice: Se atienden pacientes de ocho a diezâ€.
Se encuentran dos gallegos: Hombre, Manolo, que he ido a Las Vegas y he jugao en una máquina y jamás he perdidoâ€. − No te creo Venancio, ¿has de ser millonario?â€
− Pues millonario no, pero no se qué voy a hacer con tantas coca colasâ€.
¿Por qué los gallegos no entran a la cocina? − Porque hay un bote que dice salâ€.
La maestra pregunta: A ver Pepito: dime cinco cosas que tengan lecheâ€. Muy fácil, señorita, responde Pepito: cinco vacasâ€.
Anuncio leído en un periódico de gallegos: Pinto casas. Voy a domicilioâ€.
¿Por qué los gallegos se ponen smoking para ir a la óptica? − Porque van a la graduación de sus lentes.
En un centro comercial se fue la luz durante varias horas y se quedaron 25 personas en los ascensores y dos gallegos en las escaleras mecanicas.
Un taxista gallego iba con la radio prendida por la avenida principal de una ciudad. De repente la programación se interrumpe y anuncia un locutor: —Atención, atención. A los automovilistas que estén por ingresar a la avenida principal les informamos que se ha identificado allí a un automovilista que circula en sentido contrario. El gallego mira hacia adelante y exclama: — ¿¿Uno?? ¡¡Son como mil!!â€.
Otro de gallegos. Iban Manolo y Venancio, dos gallegos, por la calle.
− Venancio, ¿qué llevas un zapato negro y otro café?â€. Manolo le contesta:
− No lo vas a creer, en casa tengo otro par igualâ€.
¿Qué hacen los gallegos cuando tienen frío? Se acercan a la estufa.
¿Y cuando tienen mucho frio? La prenden.
Una mañana un gallego estaba de paseo por Madrid y pregunta a un señor en la calle cuál autobus tomar para llegar a la catedral. El señor le responde que el autobús número 48. Despues de cinco horas el señor sale del trabajo y ve al mismo gallego todavía esperando el autobús en la parada.
− ¿Qué hace usted todavía aquí? ¿Qué acaso no ha pasado el autobús 48?â€
− ¡Joder. Pues apenas han pasao 39!â€
En una función de cómicos, era el turno del ventrílocuo, y dice un chiste de gallegos, pero de repente se escucha a un señor que se para muy enojado y reclama:
− ¡Oiga, por favor más respeto, que yo soy gallego!â€
Y el ventrílocuo contesta:
− Discúlpeme señor, no lo sabíaâ€
− ¡No le hablo a usted, le hablo al niñito que tiene sentado en sus piernas!â€.
¿Cómo se reconoce a un gallego en un aeropuerto?
−Porque les tira el alpiste a los aviones.
¿Cómo se puede reconocer a un gallego en un velorio?
− Porque es el único que lleva regalo.
Dos gallegos en el club deportivo, uno se estaba bañando y la dice al otro:
− Oye, Venancio pásame el champúâ€. Y Venancio se lo pasa.
− Jozú, este champú no me sirve, aquí dice para cabello seco y yo lo traigo mojadoâ€.
− ¡Hey Manolo! ¿Cómo se escribe bala?â€.
− Ponlo como suenaâ€. Y el otro escribió: ¡PUM!
En Galicia, las botellas tienen abajo una leyenda que dice: “Ábrase por el otro extremo”.
En Galicia dejaron de pasar en televisión los anuncios de MARLBORO, porque los gallegos empezaron a comprar caballos.
Un gallego hace una llamada de larga distancia por operadora:
− Señorita. Quiero hacer una llamada telefónica a la ciudad de Madridâ€.
− Bien, señor, ¿qué número quiere?â€.
− ¿Qué números tiene?â€
CHISTES DE COLOR
Un tipo llega a una fonda de comida rápida. Tráigame por favor una hamburguesa y un hot dogâ€. La mesera le trae un plato en el que sólo había un pan para hamburguesa pero no había nada dentro, luego ella levantó la axila y sacó la carne de la hamburguesa para ponerla dentro del pan. Entonces el cliente le dice: Sabe, mejor ya no me traiga el hot dogâ€.
Un gallego le dice a otro: Hola Manolo, ¿a que te dedicas? − Vendo huevosâ€.
− ¿Y qué haces con los huevos vendados?
Un hombre entra en una panadería, y pide: Me da una barra de pan, y si tiene huevos, una docenaâ€â€¦ Y se fue con doce barras de pan.
Estaban tres hombres en un topless bar y uno de ellos le puso un billete de 10 dólares en la tanga a la bailarina que les bailaba junto a su mesa; otro le puso un billete de 50 dólares, y el tercero (que era un chilango) sacó su tarjeta de crédito, le alzó la tanga a la bailarina y le deslizó su tarjeta por la rabadilla como si fuera tarjeta de débito, al tiempo que recogió el dinero.
Pregunta: ¿Qué clase de vástago sale cuando se casa una prostituta con un sabio? –Respuesta: Un chilango, porque esos hijos de puta creen que lo saben todoâ€.
Pepillo y Manolo son dos gallegos que van por la calle, y Pepillo dice: ¿Sabes, Manolo? Tengo ganas de acostarme con Claudia Schiffer otra vez†−¡Qué coño! ¿Qué te has acostao con Claudia Schiffer?†−No, es que me han entrao ganas antes más vecesâ€.
Dos gallegos: ¡Manolo: mira qué botella de vino que traigo! ¿Qué te parece si nos la chupamos?†−¡Venga, vale. Y después nos bebemos el vino!â€.
En el confesionario, Inmaculada, una viejecilla de 84 años, se sincera con el cura: Padre, me confieso que tuve una noche loca de sexoâ€. −Sí ya me lo dijo, pero de esto hace más de cuarenta añosâ€. −Ya lo sé, padre, pero es que me gusta comentarloâ€.
−¿Tu mujer grita cuando hacen el amor?†−No, ella siempre grita después: cuando me limpio la polla y el rabo con las cortinas!â€.
La niña: Mamá, mamá, Pepito tiene la pililita como una almendritaâ€. La mamá: ¿De pequeñita?â€. −¡No, de saladita!â€.
La niña llega de la escuela y le dice a su mamá: ¡Mami, mami: un señor en el parque me dijo que si me quitaba los panties y me dejaba ver y tocar debajo de la falda, me compraba esta paleta tan deliciosa que está!â€.
Un tipo, pasado de copas, grita en una taberna: ¡Viva la menstruación!â€, y otro que estaba cerca le dijo: querrás decir que viva la revoluciónâ€. El primero contesta: −¡Me da igual, el caso es que corra la sangre!â€.
Niñas modernas: Estaban dos colegialas de diez años converesando durante el recreo: −Fíjate que me ha salido un pelo en el coñoâ€. La otra le dice: ¿Y no te molesta para follar?â€.
Un niño de tres años a su papá: ¡Papi, papi, juguemos a que usted es puto!†y el padre lo azota con la faja. Al rato vuelve el niño: ¡Papi, , juguemos a que usted es puto!â€, y el padre lo golpea de nuevo con lo primero que tenía en la mano: −Bueno, −responde el niño llorando−, entonces yo soy puto y tú Mickey, ¿sale?â€.
Dos niños gallegos. Paquiña le dice a Paquiño: −¡Paquiño, que me caigo!†y él la detiene del trasero rápido para que no se caiga, y luego le dice: −¡Pero Paquiña, que la mano me ha quedado oliendo a mierda!â€. −¡Pues ya te dije que me caigaba!â€.
Pregunta la maestra en la clase: A ver niños: ¿quién de ustedes sabe con qué se quita la diarrea?â€. Varios niños sugirieron toda clase de remedios y medicamentos conocidos. Pero Pepito responde: −¡No señorita, se quita con unos ostiones, según mi mamá!â€. −¿Con ostiones?â€, pregunta la maestra sorprendida. −â€Sí maestra, porque anoche escuché que mi mamá le dijo a mi papá: te voy a tener que dar unos ostiones para ver si se te para esa mierdaâ€.
Un médico forense y su enfermera estaban haciendo una autopsia. En eso al muerto se le cae la sábana y la enfermera exclama al ver sus partes: ¡Ay Dios mío, qué cosa!â€. El doctor le dice: Así es como la tengo yoâ€. −Así de tiesa, doctor?â€. −¡No, así de muerta!â€.
En una farmacia, un cliente dice: ¡Señor, me da un pinche condón!â€. El farmacéutico: Oiga caballero, por favor cuide usted su lenguaâ€. −¡Ah, entonces deme dos!â€.
−Has oído hablar de la píldora para el día después para hombres?†−¡Pero si eso es imposible!â€. −No, lo que hace es cambiarte el grupo sanguíneo, para salir de broncas por si acasoâ€.
Un gallego le dice a una gallega: ¡Hey, Pepita, ahora sí ven conmigo, que la tengo como un tren!â€. La gallega le contesta: ¿de larga?â€. El gallego responde: ¡No, de sucia!â€.
En una escuela primaria, la profesora de biología quiere iniciar el tema de educación sexual para sus alumnos de nueve y diez años: Chicos, hoy les voy a explicar lo del polen y las abejasâ€. ¡Profesora!, −interrumpe un chico del fondo− los que ya hemos follado, ¿podemos salir al patio?â€.
Un elegante caballero entra en un restaurante de lujo acompañado de una rubia despampanante y el mesero le pregunta: Al señor ¿qué le pongo?â€. −A mí un whisky doble en las rocas, por favorâ€. Y a su señora ¿qué le pongo? −añade cortésmente el mesero. −¡A mi señora ponle un fax y dile que me la estoy pasando de poca madre!â€.
¿Cuál es la diferencia entre una señora y una señorita? −Que las señoritas dicen ¡ay!†y las señoras dicen ¡ahí!â€.
Una joven le grita a su amiga que estaba en la acera de enfrente: ¡llámame!â€. La amiga responde: ¡yo también!.
Dos gallegos conversando. Manolo le dice a Venancio: − Esto del SIDA está terribleâ€.
− ¡Coño que si lo está! Yo por eso traigo siempre puesto el condón, sólo me lo quito pa´coger y pa´miarâ€.
Dos gallegos hablando en un bar:
− Venancio, he descubierto que mi mujer me engaña… y con un galloâ€
− ¿ Con un gallo?, ¿por qué?â€
− Porque ayer abrí la almohada y la encontré rellena de plumasâ€.
El otro gallego se queda pensativo y al rato dice:
− Pues ahora que lo mencionas, estoy seguro de que mi mujer me engaña con un caballoâ€.
− ¿Con un caballo?, pues no puede serâ€.
− Pues sí. Fíjate que la otra noche me asomé debajo de la cama y encontré un jineteâ€.