Viejecita en apuros

Llega una viejecita a una drogueria, y le dice al dependiente:
-Por favor, ¿que me podria usted, hombre gentil de dios, dar unas compresas para las plantas de los pies? A lo que el hombre responde:
-Pero bueno para los pies, no son las compresas sino las plantillas devololor. Y la viejecita le dice:
-¡¡No hombre las compresas devololor me las pongo en el coño!!.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *